lunes, mayo 20, 2013

La manija de la cacerola -- Poema

Todos esos ojos que me ven
a mi no me miran;
fijan su atención en mis movimientos,
en mis comportamientos,
en mis palabras, pero aún más
atienden mis silencios...
observan lo que escucho,
cuando y a quien escucho,
escriben mis respuestas
y las archivan, en un lugar,
alejado de todo contexto.

Saben que visito y que no,
por qué me visto, cómo me visto,
saben el porque no respondo el teléfono
o por qué no contesto un mail.
Presuponen lo que haré,
pues ellos saben como serán las cosas...
ellos son quienes hacen
que las cosas pasen
o dejen de pasar.

Conocen mis temores,
mis falencias,
mis perversiones,
mis pecados,
mis debilidades,
saben que me asumo imperfecto
y que así de desvergonzado
es como me muestro al mundo.

Pero ellos tienen pruebas
que también soy distinto
de lo que de mi he logrado y hecho.
Ellos también son dueños
de la mirada ajena,
de la que opina sin saber
y que destruye sin querer
cualquier alegre utopía.

Ellos son
los defensores de la libertad,
del status quo,
de la paz por medio de la violencia,
del fin al que no le importa los medios
aunque nos pese
aunque nos cueste
pues ellos tienen
(por ahora)
por la manija a la cacerola.

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