Apenas despunte el soly el cielo se cubra de mil colores,
abriré las puertas del infierno
y los demonios más feroces
irán por la faz de la tierra
cortando brazos y piernas
de aquellos que prefirieron
antes del corazón usar la cabeza,
a esos que blandieron la espada
como primer recurso,
o a los que cerraron el puño
y lo metieron en la boca
de aquellos que exigían igualdad.
Cuando el sol llegue a su cenit
y del hombre no quede sombra,
arrebataremos las almas sosas
de aquellos que no quisieron
y se escudaron en el no puedo,
y ante la bestia se arrodillaron
y al poderoso por temor, aclamaron,
y festejaron la crueldad del impiadoso
y criticaron al que brioso
se plantó y les dijo: Basta.
Cuando caiga el sol tras el horizonte
no quedará un hombre débil en pie
ni nada que haya sido infiel a sí mismo.
Cuando la noche oscura cubra el cielo
cerraré la puerta del infierno
y esperaré otros mil años
para que el hombre vuelva a olvidar
su propia necedad, su propia estupidez,
y los destruiré
con un simple pasar de pestillo.
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