sábado, abril 05, 2008

Su última noche -- Poesía

Los rayos de la luna penetraban el follaje del bosque espeso, mojado, oscuro el agua de las primeras lluvias de otoño apenas regaban el suelo mohoso cubierto por la alfombra marrón de nueva hojarrasca que crepitaba bajo las patas de algún animal que buscaba su alimento, solitario sabiendo que tal vez, sea lo último que podrá comer antes que llegue el feroz invierno y anegue a todos y a todo con una capa de nieve de metro y medio de altura haciendo de blanca sepultura al verde, a esos nuevos retoños nacidos en primavera que debieron hacerse fuertes en verano para hibernar y sobrevivir a la desesperante carencia que el frío invierno acarrea. Era una noche otoñal con lluvia en un bosque oscuro y silencioso donde aparentemente nada pasaba, no se veía más allá que la punta de la nariz hacía frío, y la soledad que se sentía era tal que uno veía como se evaporaban las lágrimas lloradas por el miedo al último adiós, dolía el pecho al helarse el corazón que valiente con hidalguía por últimas veces latía, se despedía de su suerte al sublimarse lo más puro de su alma, mientras las hadas y los duendes volatilizaban su carne decadente transformándola en dulces esperanzas que el viento del otoño repartía por el bosque, llenándolo todo de luces, de cantos y de magias.

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